Sunday, February 23, 2014

el síndrome de Diogenes

SINDROME DE DIOGENES   

El mal llamado síndrome de Diógenes consiste en la obsesiva acumulación de objetos sin un objetivo determinado. Muchas veces verdadera basura.
La obsesión resulta tan fuerte  que, en ocasiones, los objetos predominan en el hábitat de quien los acumula  quitándole espacio vital para sus movimientos y actividades.

Aunque este síndrome se  da en todas las edades, suele ser más frecuente entre los ancianos.
La racionalización que suelen dar estos maniacos es muy diversa. Los más frecuentes es el temor al robo, por eso  guardan en su pieza todo aquello que acumulan o lo más cerca de si posible. Otra  de las razones bastante común y casi lógica es la de que los objetos que acumulan les serán útiles en alguna de sus actividades. Este razonamiento es tan amplio y común que aun en personas que no tienen el síndrome les lleva a acumular objetos inútiles.

El síndrome  suele ser selectivo. Así personas aficionadas a trabajos de confección acumularán cualquier pedazo de tela que  puedan acaparar, hilos, agujas…. Intelectuales acumularán libros que nunca leerán… Otro caso común en las personas de regular entrada económica  es la compra constante de objetos que muchas veces ni siquiera  sacarán de sus envolturas…

Entre los ancianos de más escasos recursos  la tendencia a la acumulación de desechos es más notable y frecuente ya que  cualquier objeto en desuso, incluso mínimo, piensa que les puede ser necesario en algún momento.

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Otra forma de acumulación entre los ancianos no es directamente sicopática como la que aqueja a los que padecen el síndrome.
Se trata  de aquellos ancianos/as creativos que han desarrollado muchas capacidades   Actividades diversas en su época  de plena actividad.
Llegados a la ancianidad sus actividades serán mucho más reducidas o bien por incapacidad las habrán dejado de ejercitar parcial o totalmente.
Estos ancianos mantienen una especie de relación afectiva con todos aquellos objetos, herramientas, materiales de lo que usaron en sus actividades que no les permite deshacerse de ellos. Son objetos que carecen de significado para aquellos que les rodean o cuidan, pero no para el anciano/a.
En ocasiones los familiares o cuidadores del anciano liquidan los objetos guardados generalmente  sin consulta al anciano, lo que les causa  un daño emocional que no calculan aquellos que lo realizan. Otras veces el cambio es más brutal cuando el anciano, por conveniencia o necesidad, es trasladado a una “casa de reposo”. En ese caso no solamente pierde la relación con el mundo de sus pertenencias, sino con el mundo de sus relaciones locales y personales. Si los ancianos  están en  un estado de conciencia regular o claro les resulta una especie  de muerte emocional.

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Una forma equilibrada de los ancianos que llegan a una edad con mente clara es saber determinar ellos mismos el momento de reducir poco a poco el “mundo del pasado”.
En  el “mundo” de los objetos como en el resto saber analizar su AQUÍ-AHORA y comenzar a eliminar todo aquello que en su presente estadio es inútil y carece de sentido y objetivo.
Esto no significa renunciar a todo objetivo creativo, sino tratar de vivir  la realidad de “su momento”. Quizá esto le cree una cierta nostalgia del pasado, pero adquirirá la sabiduría de
VIVIR DIA A DIA
  Mal llamado porque Diógenes  renunció a todo para vivir en su barril.


el gran camino




EL GRAN CAMINO
El Gran Camino no es difícil
Para aquellos que no tiene preferencias.
Sin odio  o amor, todo se hace transparente,
pero si hacéis la menor distinción
Entonces el cielo y la tierra están infinitamente separados.
Si queréis ver la verdad
No estéis  a favor o en contra de nada.
Oponer lo que amáis a lo que detestáis
Es la enfermedad del espíritu.
Cuando no se capta el espíritu profundo de las cosas
Se enturbia la paz esencial de la mente.

El Camino, como el espacio inmenso es perfecto
Allí no falta nada, ni nada es superfluo.
Escogiendo aceptar o rechazar
No captamos la verdadera naturaleza de las cosas.
No viváis ni en la confusión de las cosas exteriores
Ni en el sentimiento interno del vacío
Vivid en la serenidad de la Unidad
Y tales puntos de vista erróneos desaparecerán por sí mismos.
Detened la actividad para alcanzar la pasividad
Ese mismo esfuerzo os llenará de actividad.
Mientras permanecéis en los dos extremos
No encontraréis jamás el Uno.

Aquellos que viven en el Camino único
Naufragan en la actividad o en la pasividad
Tanto en la afirmación como en la negación.
Negar la realidad de las cosas
Es pasa al lado de la realidad,
Afirmar el vacío de las cosas
Es pasar al lado de la realidad.
Mientras más pensáis sobre lo anterior y más habláis de ello
Más os alejáis de la verdad.

No habéis ni penséis más
Y no existirá nada que no podáis conocer.
Volver a la raíz es encontrar el sentido
Pero  correr detrás de las apariencias
Es no encontrar la fuente.
En el instante de la iluminación
Se ve más allá del vacío y de la apariencia.
Las transformaciones aparentes del mundo sin consistencia (vacío)
Nuestros falsos puntos de vista las hacen creer como reales.
No busquéis la verdad
Cesad de  amar vuestras propias opiniones…


Se piensa  que este es el primer poema ch’an  que expresa lo que posteriormente será el espíritu del budismo Zen. El tema principal deriva de los pocos escritos auténticos que se conocen de Bodhidharma el maestro hindú que introdujo el budismo ch’an en China en el siglo VI d, C. aunque estas ideas sean anteriores.

filosofia del engaño






                           FILOSOFIA DEL ENGAÑO

Engañar es ofrecer  una cosa por otra, haciendo creer que la falsa es la verdadera.
Es ser muy hipócrita el decir que  uno nunca engaña.
Las culturas se basan  en cierta manera en el engaño.
El engaño aparece con fuerza por ejemplo en el arte. El engaño del arte se puede decir, que es un engaño consensual. Sabemos que aquello que se “representa” no es la realidad.
Cuando se instituye el comercio, ya en tiempos  muy antiguos, el engaño es la tentación del lucro. Desde el código Hammarubi hasta la Biblia se denuncia y condena el engaño del mercader.
Cuando el engaño se hace la base de una forma cultural, es decir la forma normal como se relaciona un grupo humano en particular, implica una degeneración de las relaciones humanas en ese grupo social. Es  la destrucción de la SOLIDARIDAD HUMANA. Aun más  de la misma solidaridad animal.
LA SOLIDARIDAD implica la confianza elemental en que  “el otro”, me va a ayudar, no por amor, ni porque le soy simpático, sino porque somos ambos de una misma especie y nos necesitamos mutuamente, al menos en los momentos de apremio.
Si analizamos nuestra vida cotidiana dentro de nuestra Cultura  las relaciones que mantenemos podemos comprobar en forma escalofriante que están basadas en un Engaño continuado y despiadado.
Todas las relaciones comerciales  dirigidas a un lucro descarado y excesivo son un engaño metódico con relación a la calidad, cantidad, bondad….de aquello que adquirimos. Nuestros dirigentes políticos nos presentan sus actuaciones con engaño. Los que cuidan nuestra salud vuelven al engaño. Los horarios son falsos.  Estamos tan envueltos en la red continua de la falsedad que conscientes de ello no sabemos cómo evitarla. Entonces  nos solemos unir a a esa mentalidad
PORQUE TODOS ENGAÑAN-
Esta sociedad tal como estamos obligados a vivirla genera inevitablemente el crimen. El criminal, de cualquier tipo que sea es la persona que carece no sólo de solidaridad, sino que está convencido que

NADIE LA MERECE