Thursday, August 07, 2014

Cuarta Edad

  
                CUARTA  EDAD

Hay que tener en cuenta que si bien esta Reflexión sobre la ancianidad se dirige y se expresa  respecto a los varones indudablemente  se refiere  también a las mujeres. Ciertamente ellas tienen aspectos  muy particulares que yo, en parte puedo suponer, pero que no me siento con capacidad para hacerlo correctamente. Espero que  alguna de mis  coetáneas complete  y esos aspectos que por el hecho de ser varón escapan a mi análisis.
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La expresión cuarta edad hace referencia a la última fase de la vida de las personas que alcanzan una vejez avanzada. Habitualmente se considera su comienzo a partir de los 80 años de edad, que, según la geriatra Pilar Mesa Lampre, representan «el umbral del cambio». ...
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Llegar a una edad avanzada en buen estado físico, considerada la edad y sus limitaciones es algo bastante positivo y deseable.
Llegar  en condiciones mentales  despejadas y claras es una bendición y una maldición.
Ancianidad significa SOLEDAD. Ello, aunque se esté rodeado de  familiares y amigos. Soledad frente a uno mismo y los demás.
Soledad también real, salvo casos excepcionales, ya que la estructura de la sociedad en que vivimos ha disgregado la familia y los ancianos van quedando  alejados y sin relaciones estables, mucho más cuando sus más cercanos ya han muerto.
El anciano lúcido tiene que  resolver  el problema de su enfrentamiento con la muerte. Es una situación absurda en el fondo, pero real. Absurda porque desde que nacemos  el enfrentamiento aleatorio con la muerte es un hecho cada vez más frecuente. En el anciano está, marcado por el término medio de vida  considerado normal dentro de su cultura Esto sin contar con los riesgos posibles de accidentes, epidemias…
El anciano lúcido que trate de  mantenerse en un equilibrio síquico aceptable va a captar  continuamente su decadencia  en los diferentes  aspectos de su vida cotidiana. Signos que para otros no tendrían sentido y que para él mismo no lo tuvieron cuando estaba  en un buen nivel de energía. Signos que  no sabrá interpretar. Esta situación es la que diseña la fisonomía corriente de los ancianos quejumbrosos, los hipocondriacos dependientes,  según sus posibilidades, de  acceso a un médico o de aquellos que siempre manifiestan encontrase “bien” y que se guardan para sí mismos sus angustias y temores. Soluciones que en ningún caso son positivas, bien que la última sea  más tolerable para quienes tienen contacto con ellos.
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Cuarta Edad  una etapa difícil en nuestra cultura  del siglo XXI. Lo que hemos vivido ya mucho  podemos observar que en los últimos cien años se han dado  grandes cambios en nuestra cultura o género de vida. Cambios que se fueron  preparando desde la revolución industrial, pero que se concretaron  muy especialmente durante los últimos  ochenta años. Respecto a mi Reflexión de hoy es  algo que no se quiere reconocer
LA DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA
Sería largo   describir el proceso. Es una realidad   Es importante  no querer idealizar el pasado, pero  hay que tener en cuenta  las ventajas y desventajas que generaba una estructura  diferente de relaciones que  existían entre las diversas edades cuando la Familia, ya muy debilitada, existía.
En el primer cuarto del siglo XX no existía  la Cuarta Edad. Llegar a la Tercera Edad era  bastante  raro. Recuerdo a gente  como muy anciana en mi  niñez a aquellos que habían pasado los sesenta o setenta años. Generalmente   eran ancianos  bastante lúcidos  porque nuestra prolongación de edad  ha traído la proliferación de enfermedades propias de  la decadencia física. Este rasgo creo yo que era una de las razones por la que se estimaba  mucho más la experiencia de los ancianos. Aparte de que  como estos eran parte aun de un grupo familia, el contacto era más frecuente.

               SOLEDAD FAMILIAR DEL ANCIANO
Los ancianos según  avanzan en edad están o se sienten, más aislados. Pueden estar  rodeados de familiares, lo que  es más bien raro o aun mantener ellos mismos  una cierta familia.
Para quienes les rodean son seres muy lejanos, personalidades desconocidas más allá  de sus características  habituales de mal humor o tristeza. Quienes tienen contacto con ellos consideran que se trata de seres  que se van extinguiendo lentamente y olvidan que muchos de ellos tienen precisamente la convicción que ya  casi  no se les considera  como seres normales.
No se DIALOGA con los ancianos. ¿Se temen sus reacciones? ¿No se desea saber  nada de su vida actual? ¿Se teme escuchar  un aburrido recuento de sus dolencias, sus repetitivas historias del pasado, su concepción de ese pasado como el mejor de los mundos muy diferente del actual…?
Antiguamente los Ancianos solían acudir al confesor, más que para enumerar pecados, para tener alguien que les escuchase. Eso desapareció. Fueron reemplazados por los médicos y sicólogos a loa que,  generalmente, hay que remunerar. Por tanto, pocos ancianos  llegan a ellos. Solamente queda  la frustración y lo más frecuente el auto lástima
¿QUE DESEAN LA GRAN MAYORÍA DE LOS ANCIANOS DE AQUELLOS A QUIENES CONSIDERAN MÁS CERCANOS: FAMILIARES, AMGIGOS, SOBRE TODO AMIGOS MÁS JÓVENES?
Ante todo una atención que les dé la sensación de que aún pertenecen a la  comunidad de los  seres humanos vivos, por tanto más allá de que les pregunten ritualmente si han dormido bien, tomado sus medicinas y la recomendación infaltable “que se cuiden”…
Sin embargo el anciano tiene  no solo las viejas necesidades de todo ser humano, sino las propias   de la ancianidad  que escasamente se consideran. Esas son las que  realmente desea que le pregunten y poderlas dialogar. Describiré algunas:
·         SOBRE LA SABIDURÍA QUE HA ACUMULADOEN SUS AÑOS DE VIDA. Aun aquellos que han desempeñado los trabajos más sencillos, hasta los grandes intelectuales han ido acumulando una sabiduría que desean comunicar. Son como unas enciclopedias aun vivas. Es cierto que, como toda enciclopedia puede tener errores y verborrea, pero entre el barro están las pepitas de oro. Escucharle  implica para el anciano que  aún se le estima y que  no es simplemente una basura desechable.
·         EL SEXO. Es cierto que cada anciano puede tener una situación diferente  respecto a sus necesidades sexuales. Es una aberración considerarlos en masa “a priori” castrados definitivamente. Existen los ancianos que, a pesar de  una edad  avanzada,  tienen necesidades sexuales casi normales. Están los que ayudados con  el Viagra u otro fármaco, podrían  eventualmente tenerlas y están lo que realmente ya no las tienen. Pero ¡atención! se olvida que la sexualidad se desarrolla en el cerebro especialmente.
El problema de la sexualidad en los ancianos, culturalmente, no se ha modelado en occidente, sino se la ha estigmatizado debido a la obsesión antinatural de considerar el sexo como SUCIO y DESPRECIABLE.
·         LAS RELACIONES SOCIALES. Conocer cómo funcionan sus  relaciones  con sus familiares, sus amigos, con aquellas personas que tienen que contactar  frecuentemente… Muchos ancianos derramarán  multitud de lamentaciones justas o injustas,  sobre  esas personas  con que se relacionan, pero es una necesidad propia  del  momento en que viven. Tienen que poderlas expresar. Lo que es cierto,  una palabra de su interlocutor les podrá ayudar y siempre será un alivio para ellos. Se podrán quejar de soledad y abandono, pero el hecho de que alguien  les pregunte sobre el tema rompe ese círculo fatídico.
·         MIEDO, ANGUSTIA, DEPRESIÓN…se trata de aspectos sicológicos diferentes pero que en realidad  son conexos.
La ancianidad, llegando a la Cuarta Edad, parte de un aspecto humano que  parece es propio del ser humano culturizado y que nuestros ancestros “originales”  desconocían “el miedo a la muerte”. Miedo que  no necesariamente lo tienen claramente todos los ancianos, pero que está presente en su subconsciente. Es cierto que desde el momento en que nacemos el morir es un azar de cada momento. Frente a este azar común, que  se olvida frecuentemente, el anciano de edad avanzada, aun en el mejor de los casos, sin enfermedad declarada, tiene claramente el final a la vista.

Más allá de este temor consciente o subconsciente están todos los detalles personales que conocerá por diagnóstico médico, por sensación o simplemente  imaginación.
No son solamente los Miedos físicos, sino gran parte de los sicológicos fundados o infundados, pero reales para la mente del anciano.

Todo ello va, síquicamente creando estados depresivos que pueden tener influencia en su estado físico debido al fenómeno de  la “somatización”.
·         EL TIEMPO ATMOSFÉRICO. Cuando se es joven raramente  las variaciones del tiempo tiene gran  importancia en el diario vivir. Sol y lluvia, frío y calor, humedad y sequedad…creemos en la juventud que tienen escasa importancia en nuestras vidas a no ser  que seamos personas neuróticas o excesivamente  débiles. En los ancianos  la influencia de los cambios es muy determinante.
Influyen físicamente las lunaciones, el cambio de temperatura, la lluvia, sobre todo las variaciones de presión atmosférica. Todo ello los jóvenes  no lo sienten o simplemente no se dan cuenta.
En los ancianos todo lo anterior, no solamente influye e en sus cuerpos, sino también en su siquismo, sobre todo la luminosidad del verano o la oscuridad de los días de invierno.
Quienes  les rodean  lo más que observan son sus cambios de temperamento expresados con la frasecita “el viejo anda de mal humor”.
·         LOS ALIMENTOS Muchas veces los ancianos están sujetos a estrictos regímenes alimenticios debido a su estado de salud. Las personas más jóvenes que les rodean  no se dan cuenta de la tragedia que representa para ellos la privación o la falta de gusto que sienten  respecto a los alimentos sustitutivos.  Con frecuencia ellos desean conversar sobre el asunto, En ocasiones para lamentarse, otras  con el deseo de hacer  sugerencias. Siempre para desahogarse.
·         ACTIVIDADES La mayoría de los ancianos quieren  hacer cosas. Algo de lo que han realizado siempre. Otras con el deseo de demostrar que  aún son útiles. De antemano se les considera inútiles, por su lentitud, por sus manías de realizarlas  solamente a su manera, porque son lentos, porque resultan un estorbo…En último caso, ellos desean hablar de lo que fueron capaces de hacer y de lo que aún podrían hacer. Es necesario  no considerarles de antemano como muebles inútiles y desechables.
·         LA CONVERSACIÓN Los ancianos tienen necesidad de ser interrogados. Que se les pregunte, su opinión que se les integre en las preocupaciones  de los jóvenes. La opinión generalizada de los neurólogos  es que la conversación, el hacerles que se interesen en el mundo que les rodea, si es posible la incitación a la lectura, a las noticias… es imprescindibles para  aminorar la demencia senil, prevenirla, aparte de que puede  detener un tanto dolencias como el Alzheimer…. Incluso  hay quienes opinan que mediante   esa conversación que  se debe dirigir a los intereses y emociones de los ancianos se pueden reconstituir nexos entre las células cerebrales.
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Los puntos anteriores, que no son exhaustivos es algo que los ancianos de una manera u otra anhelan  que se les pregunte. La triste realidad  suele ser muy otra, aparte de algunas familias que realmente  aún  están constituidas como tales  albergando muy cerca del anciano a hijos, nietos. Incluso cuando  el anciano o anciana conservan su pareja  en buen estado  de relación. Estos son caso raros debido a la disgregación familiar producida por la cultura del trabajo y el consumo.
La realidad corriente son parejas de ancianos aislados de vínculos familiares, suplidos escasamente por  vínculos vecinales de buena voluntad o bien dejados completamente en la soledad. Una especie de muertos vivientes o zombis que serán indudablemente llorados  a su muerte por esa  reacción ancestral frente a la muerte de alguien que estuvo  en algún tiempo relacionado con nosotros.
Se tendría la tendencia de catalogar nuestra situación social como  individualmente cruel y olvidadiza de unos ancianos que, bien o mal, en su plenitud fueron  engendradores de la generación actual y muchas veces  sacrificaron parte de su vida en favor de ella. Sin embargo, esta denuncia no es individual sino CULTURAL.
LA FAMILIA  HA SIDO SACRIFICADA EN FVOR  DEL LUCRO DESENFRENADO Y EL CONSUMO.
La familia no existe, sino en un momento fugaz, hasta que los hijos puedan y decidan abandonar el “nido”. Si los hijos  no abandonan  la familia  antes suele deberse conveniencia económica no porque  sientan en ella un vínculo de unidad.